El alcohol acelera la
respiración, de manera que si se abusa de su consumo podría producirse una
parada cardiorrespiratoria. En este sentido, ¿cómo afecta el alcohol a los
pulmones? A continuación, repasamos los principales efectos del alcohol en el
sistema respiratorio que conviene tener en cuenta:
- Aumenta el riesgo de padecer el síndrome de dificultad respiratoria aguda, una enfermedad que tiene una tasa de entre 40%-50% de mortalidad.
- Incremento el riesgo de neumonías.
- Acelera el pulso cardíaco y, con ello, incrementa la velocidad de respiración.
- Genera deficiencia del antioxidante glutatión en los pulmones, lo cual debilita y propicia la aparición de enfermedades, como la neumonía.
La intoxicación del alcohol conlleva náuseas y
vómitos. Esto aumenta el riesgo de aspiración debido a la debilitación de los
reflejos protectores. Si el bebedor aspira el vómito hacia los pulmones, se
puede dar una obstrucción de las vías
aéreas, pulmonía de la aspiración y
abscesos del pulmón. Si la persona intoxicada vomita durante el sueño,
se podría dar una muerte por asfixia.
La intoxicación del
alcohol puede dar lugar a la detención y a la muerte respiratoria. El uso
concurrente del alcohol con opiáceos o benzodiacepinas aumenta el riesgo de
detención respiratoria.
La administración de
los opiáceos inhibe los centros respiratorios medulares. El glutamato y el
ácido gamma-aminobutírico (GABA) son los principales neurotransmisores
excitadores e inhibitorios respectivamente, que median el control de la
respiración. El alcohol y las benzodiacepinas facilitan el efecto inhibitorio
de GABA, mientras que el alcohol también disminuye el efecto excitador del glutamato
en la respiración.
El consumo del alcohol
aumenta la frecuencia de la apnea de sueño. Los alcohólicos también están en
peligro para un gran número de infecciones superiores y pulmonías respiratorias
relacionadas con una disminución del funcionamiento del sistema inmune asociado
al abuso del alcohol.

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